Marcela Casale es una de las cuatro mendocinas que juegan en Las Leonas y luchan por un lugar en la lista definitiva que va a disputar el Mundial 2010 Rosario.
¿Cómo te sentís en el grupo con vistas al Mundial?
“Estoy desde octubre llevo pocos meses pero me siento muy cómoda, tanto con los entrenadores y dirigentes como con las chicas.
Creo que me dan una confianza que siento, me la transmiten, son pocos los partidos que he jugado y los entrenamientos que llevo comparándolos con los que tienen otras chicas pero estoy muy cómoda que es lo principal; lógicamente hay un nerviosmo que es inevitable en cada partido porque estoy jugando en el seleccionado argentino no estoy jugando en otro lugar y sé lo que implica, tiene un peso distinto llevar la camiseta argentina, no sólo por la satisfacción que te genera sino por lo que provocás en los demás”.
Contanos cómo se produjo la citación
“Se produjo el año pasado cuando estábamos jugando para el seleccionado mayor de Mendoza en el Torneo Argentino, nos comentaron que estaban los entrenadores del seleccionado observando jugadoras, no esperaba que me vieran y se detuvieran en mí y mucho menos que me llamaran.
Al terminar la final del torneo y en medio de los festejos porque Mendoza salió campeón, estaba en el vestuario de la cancha de La Tablada y me dicen ‘Marce, te están esperando afuera’, ahí es que salgo y estaba el Chapa (Retegui), nos presentamos -porque no nos conocíamos personalmente-, y me dijo: ‘Hola Marcela ¿cómo estás? soy Carlos Retegui, el entrenador de las Leonas, ¿tenés ganas de entrenar con nosotros?’, la pregunta me dejó helada sinceramente, me sorprendió, le dije que sí, que tenía muchísimas ganas, supongo que en mi cara se notaba lo que le estaba diciendo, fue todo muy rápido porque Carlos tenía que viajar en avión y se fue rápido.
No lo podía creer, llegué al camarín y me puse a llorar, estaba con dos de mis amigas que juegan también en Marista, mi club, y ese momento fue muy emocionante.
Además, no me lo había imaginado de forma alguna, porque estuve cerca de no viajar al Torneo Argentino en Mendoza porque había estado con pocas ganas de ir debido a cuestiones personales, luego se pudieron solucionar algunas cosas, pude viajar y lo quise disfrutar al máximo dado que me encanta jugar esa clase de torneos, jugar 5 partidos en poco tiempo, con otras chicas de todo el país, siempre gustó eso y ayudó para que jugara con muchas ganas”.
¿Cómo lo recibió tu familia?
“Después que me abrazaron mis dos amigas en el camarín, llamé a mi hermana más chica de 21 años que juega conmigo en el club y le dije ‘Sofi, no lo puedo creer, no sabés, me llamaron de Las Leonas para ir a entrenar’, y ella también se puso a llorar, desde siempre jugamos juntas en Marista, imagináte fue algo muy emocionante, después llamé a mi mamá y a mi papá y se sorprendieron muchísimo, mi mamá no podía hablar, mi papá me decía que sabía que en algún momento se iba a dar”.
¿Cómo fueron tus comienzos?
“Empecé desde muy chica porque mi papá era el presidente del club, entonces cuando tenía dos años me llevaba al club y me quedaba donde estaba la cancha de hockey, y Alicia Zabala -a quien quiero muchísimo- fue la entrenadora que me enseño todo desde el principio tenía alrededor de 4 años cuando empecé a entrenar, después estuve en Décima, Novena, Octava, siempre me pasaba que aunque no tuviera la edad me ponían en categorías superiores, jugué todas mis inferiores con Pity D’Elía, luego estuvimos juntas en Quinta y dos años en Primera antes de que ella comenzara a jugar en GEBA”.
¿Pero no tenías como objetivo formar parte del seleccionado? ¿No buscabas llegar?
“Sí que lo tenía pero como un sueño bastante lejano, no sentía que pudiera tener la oportunidad, lo veía casi inalcanzable porque al no verme jugar ni en mi club ni en el seleccionado de Mendoza, no podían convocarme. Cuando Pity venía a Buenos Aires para entrenar con el seleccionado junior, también vine a entrenar casi un año, después me desafectaron en Córdoba en la última concentración que hicimos y ahí en agosto/septiembre del 2005 fuimos a ver a Pity con las chicas al Mundial junior 2005 en Chile.
De ahí en más, terminé el colegio secundario, me puse a estudiar la Licenciatura en Psicología, seguí también con el deporte porque soy fanática, me encanta, no puedo pensar mi vida sin hacer alguna actividad deportiva que es lo que me gusta, seguí en mi club, entrenándome como siempre y también con el seleccionado de Mendoza, no me desesperé y las cosas se fueron dando, te repito lo veía bastante lejano pero todo se dio en el momento en que se tenía que dar”.
¿Cómo ves al grupo?
“En general lo veo bien, como es un nuevo proceso se está buscando la adaptación, la conformación tanto con el cuerpo técnico como de nosotras entre sí, cada una sabe en la situación en la que está, es conciente del lugar que ocupa en el plantel, obviamente todo puede variar, ya sea por lesión o por nivel o por elección pero cada una es conciente de la ubicación que tiene y de las posibilidades que existen, desde su lugar cada una aporta lo que tiene y eso lo veo como bastante positivo, las de más experiencia ayudan a las de menos, en cada entrenamiento ellas me corrigen errores y para mí que Ale (Gulla) o Lucha (Aymar) me digan cómo presionar es algo muy significativo, es bárbaro, me sorprende, sé que les importa que mejoremos, para mí es muy importante”.
¿En qué nivel estás o en qué momento te encontrás actualmente?
“Hago una autoevaluación muy importante, mi carrera universitaria (Psicología) me ayudó a conocerme mucho, y es por eso que el autodiagnóstico lo puedo realizar día a día; creo que estoy en un buen momento pero sé que siempre tengo muchas cosas para mejorar, para crecer y para aprender, y a la vez soy una persona que está a la espera de recepcionar aprendizaje, soy muy abierta a la opinión de los demás, siempre me gusta escuchar a alguien que me corrija o que me aporte; siempre se puede seguir creciendo y desarrollando como persona y como deportista”.
Objetivos, metas, sueños que tengas planteados para este tiempo …..
“Siempre me planteo objetivos a corto y a largo plazo, creo que uno si se maneja así con metas más pequeñas puede llegar a la meta final, ir paso a paso es lo mejor, es lo ideal para mantenerse uno mismo enriquecido en todo momento, si uno sólo se pone una meta larga y no lo logra se puede llegar a frustrar, en cambio si se pone metas cortas y las va cumpliendo, hay objetivos finales que uno tiene más chance de lograrlos, sirve también para sentirse mejor con uno mismo. Por eso cada día me pongo un objetivo que sea para el día a día, en ese mes, o si pasa en el ámbito del hockey en ese torneo, en esa lista, en ese partido.
Pero por el lugar que me toca ocupar en este momento, también soy conciente que puedo estar en algunas listas y en otras no, puedo estar en algún partido y en otros no.
En deporte se juega mucho lo que es el cuerpo, el alma y la mente; el alma porque soy fanática y sé que va a salir de adentro mío lo que siento, el cuerpo porque mi físico es lo que necesito para jugar, y la mente que es lo más importante porque hay que tenerla lo más fuerte posible, lo más fuerte tiene que ser la cabeza, puede ser que no esté en alguna lista o partido, pero si eso me hace caer en la confianza para seguir, mi rendimiento seguramente va a bajar, y lo que hay que hacer es mantenerse lo más regular posible”.