Pasó por Mendoza para saludar a la familia y los amigos pero se hizo un tiempo para recibir el Premio Ovación a la trayectoria. Aunque no tenga la medalla «porque sólo les dan a los jugadores», Rolo Rivero es campeón olímpico como integrante del staff de Los Leones.
Poco antes de viajar a Chile para pasar las vacaciones, Rolo repasó justamente su trayectoria: «Empecé en Obras a los 10 años. Nos llevó el profesor Alberto De Luca, de la escuela Burgoa. Yo vivía cerca y fuimos con varios compañeros. También jugaba al fútbol en Godoy Cruz e hice las dos cosas hasta que me llamaron a mi primer seleccionado y ahí me decidí por el hockey», contó.
Aunque reconoce que jugaba bien y era goleador, entre sus virtudes como jugador resalta «la constancia y el fanatismo. Veía siempre a los más grandes para aprender».
Llegó a primera «a los 16 años y salí campeón. Ya en esa época entrenaba chicas y antes de irme fui asistente de Tino Farjo en Los Tordos»
Antes de cumplir 18 años tomó la decisión de irse. Hoy, a los 44, recordó: «Me fui a Buenos Aires a buscar más competencia. Las posibilidades eran San Fernando y Mitre, por Manolo Ruiz. Elegí Mitre y el primer año jugué en el equipo B, había como 60 jugadores. Después fuimos campeones dos veces. Jugué hasta los 33 años. Paralelamente entrenaba, pasé por Los Matreros, Rowing, colegio La Salle, Hurling y llegué a entrenar la primera de Mitre, tanto de damas como de caballeros».
Después de aclarar que su hermana Lorena es conocida en el hockey como la Rola «por ser mi hermana», Rivero recuerda: «Cuando me fui a Buenos Aires trabajaba de cadete, era árbitro y entrenaba chicas. A los 6 meses junté plata para venir a Mendoza y estaba decidido a quedarme acá. El día que me iba vino mi vieja y me preguntó por qué no hacía el bolso. Le dije que me quedaba y me contestó: ‘Vos estás comprometido con la gente de allá. No podés volver a casa hasta fin de año’. Le hice caso y llevo 26 años».
Su carrera como jugador y entrenador fue paralela: «Estando en Buenos Aires jugué dos años para el seleccionado de Mendoza. En total, entre distintos seleccionados, debo de haber jugado como 10 argentinos para la provincia. También fui asistente de César Ahumada en algún seleccionado juvenil».
Su presencia en el staff de Los Leones no fue casual sino la consecuencia de la experiencia acumulada: «Fui 10 años entrenador de los seleccionados de Buenos Aires. Pasé por todas las categorías, de damas y de caballeros. Estuve con un equipo de proyección de Las Leonas y en el 2009 dirigí a Las Leoncitas en el Mundial de Boston, y llegamos a la final. Dirigí en algún Sudamericano y Panamericano hasta que para el Mundial de Rosario 2010 estuve en el cuerpo técnico del Chapa y participé en el proceso del Mundial 2014, pero no viajé».
El título mundial conseguido por Las Leonas en 2010 también forma parte de sus recuerdos: «Fue impresionante. Las Leonas hicieron que el hockey sea el deporte femenino número uno del país. Ojalá con los varones se pueda lograr algo similar. Las chicas han ganado mucho y van a seguir ganando, pero ojo que a nivel Mundial el hockey masculino es mucho más fuerte que el femenino. No sólo en lo deportivo, donde hay 12 equipos que le pueden ganar a cualquiera, sino en lo económico».
En comparación con el logro de Los Leones en Río, Rivero asumió: «Un Mundial es importante y ganar de locales, cuando parecía imposible superar a Holanda, fue algo importantísimo, pero los Juegos Olímpicos los ve todo el mundo y lo que vivís en una Villa Olímpica es inolvidable».
Ya metido en el oro de Los Leones, se entusiasmó y contó: «En el Mundial de La Haya, donde se obtuvo el tercer puesto, se logró achicar la diferencia con las potencias. Sin embargo éramos conscientes de que para que nos fuera bien en Río teníamos que entrenarnos más que los demás. Para ellos es todo más fácil, nosotros tuvimos la cancha que necesitábamos sólo 20 días antes de los Juegos. La única forma era tener más horas de entrenamiento y metíamos de 8 a 12 y de 16 a 19 con hockey, entrenamiento físico, natación, boxeo. Todo en el CENARD, salvo cuando íbamos a Europa, donde tuvimos muy buenos lugares de entrenamiento y además pudimos jugar con los mejores. Todo estaba pensado para dar el máximo en Río. A veces los jugadores estaban fatigados pero recién aflojamos dos días antes del debut con Holanda»
Con pasión y orgullo, el experimentado entrenador resaltó: «La planificación se cumplió al pie de la letra.
Hubo charlas dos años antes y se cumplieron en los Juegos. El equipo trabajó para llegar a la medalla de oro y tuvo un compromiso enorme. La gente nos decía que nos veía bien pero siempre fuimos partido a partido hasta que miramos el tablero en la semifinal y estábamos 5 a 0 ganando contra Alemania. No sólo ya estábamos en la final sino que teníamos asegurada una medalla».
Para el final no pudo evitar referirse a la crisis de la Confederación: «No me gusta meterme en temas políticos. Ojalá que todo se solucione de la mejor forma y se ponga al hockey donde se merece. Para eso necesitamos trabajar todos juntos»
«Volver siempre es un sueño»
«Volver a Mendoza siempre es un sueño pero por ahora mi vida está allá con mi mujer Belén y mis hijos Mi lagros de años y Benjamín de Hoy la decisión es seguir en Buenos Aires aunque tan bién trabajo en Salta Soy head coach de los seleccionados y viajo todos los meses» contó Rivero
La familia es una de las prioridades y hay veces en que el padre le gana al entrenador «No hay cosa que disfrute más que ver jugar a mi hija Juega en River porque vivimos cerca del club Siempre que voy me cruzo con Luciana Molina es una gran jugadora y muy buena persona»
Su pasión por el hockey lo lleva a disfrutar «tanto del trabajo que se hace en el hockey social como de estar en un torneo con australianos u holandeses que para mí eran estrellas y ahora vienen a sentar se con nosotros para saber cómo nos entrenamos»
Pese a la distancia también está al tanto de la actualidad del hockey local «El hockey acá en Mendoza es bueno Hay buen material y buenos entre nadores Es muy positivo que Priscila Jardel Emiliano Bosso y Matías Bustos hayan estado en los seleccionados junior jugando mundiales Yo para Mendoza debo ha ber jugado o finales los chicos de hoy han ganado va rios títulos argentinos»
Su amistad y su trabajo con el Chapa Retegui
«El Chapa es el entrenador, los asistentes somos Alex Doherty y yo. Trabajamos mucho juntos en los entrenamientos y en los partidos Alex está en el banco con el Chapa y yo en la tribuna, en la parte defensiva nuestra, pero siempre comunicados», cuenta Rolo sobre su lugar en el staff de Los Leones.
De Retegui dijo: «Soy un privilegiado de poder compartir viajes, comidas, reuniones y charlas con el Chapa. Más allá de nuestra amistad es uno de los mejores entrenadores del mundo. El otro día nos acordábamos de que cuando me fui a Buenos Aires no tenía nada y un día me regaló un televisor blanco y negro. Es un tipo apasionado, motivador, tiene una rapidez enorme para leer el juego y es muy exigente. Los entrenamientos con él son todos los días una prueba».
Tras elogiar el trabajo de Ariel Holan (ex entrenador de hockey y actual DT de Independiente de Avellaneda) Rivero expresó: «Me gustan mucho Simeone, Gallardo y Guardiola. Pudimos conocerlo en una gira a España con Las Leonas y tuvimos una charla espectacular».
Respecto del intercambio con otros deportes, el hincha de River contó: «En Río tuvimos mucho intercambio con el cuerpo técnico de fútbol y nos cruzábamos siempre con los demás argentinos, pero teníamos poco tiempo. Veíamos todos los partidos y volvíamos a la villa para analizar los videos nuestros y del rival que venía».
Fuente. Juan Pablo García para UNO