Pasaron catorce años, pasaron muchas cosas, pasaron por momentos muy malos y por momentos muy buenos, pero ellos mismos sabían que algo le faltaba…. hasta ayer.
Es que Vistalba volvió a su casa, es que Vistalba tiene su cancha, es que Vistalba volvió a jugar de local y es que Vistalba ahora está completo.
Muchos de los jugadores del plantel superior, nunca habían jugado en su propio club, pero como toda historia de amor, está también tuvo un final feliz.
La historia comenzó, donde terminó. En el 2004 los Duendes jugaron por última vez en su cancha, de polvo de ladrillo.
Luego llegaron la fusión con Teqüé, luego se rompió, después vino jugar y entrenar en diferentes canchas y por momentos corrió el rumor que se disolvían, pero esto no fue así. Lucharon como verdaderos guerreros y defendieron su camiseta como defienden cada bocha en cada partido.
Los abanderados de está lucha tienen nombre y apellido. Lucas Ghilardi, Pascal Lienaux, Diego Tahan, Alejandro Savina, Andrés Aliberti, Federico Bermejillo y Germán San Martín y con seguridad alguno más.
Todos mamaron y aprendieron lo que era el amor por los colores, todos supieron devolver y explicar lo que significa estos colores para ellos.
El mandato tuvo su efecto, porque Abel Davi, los hermanos Leotta y Rey, Nicolás Lara y los más pequeños del plantel supieron comprender lo que significaba todo esto.
Todos, aprendieron de José González, quién estuvo en el 2004 en el banco de suplente, y hoy esta nuevamente. El Pepe se fue (siempre estuvo) y volvió.
Ayer fue un día histórico para todo el club, para los jugadores y para los padres. Ahora tienen su propia casa, que tendrán que cuidar y hacer crecer.
A todo esto, ayer Vistalba goleó por 9 a 0 a UNCuyo, pero a nadie le importa!, lo importante era que volvieron a tener su casa.
Hola, soy Germán Moyano, arquero titular de la primera de la U. Disculpa que te moleste, quería consultarte si existe la posibilidad de que me compartas algunas fotos del partido contra vistalba para tener de recuerdo. Desde ya muchas gracias y disculpa la molestia.