Macarena Rodríguez, luchó y consiguió todo lo que se propuso en su vida deportiva, fue capitana de Las Leonas, campeona del mundo y además ganó una medalla olímpica de plata. Pero en su vida personal, la mendocina tenía el sueño de ser mamá y esto se cumplió hace apenas dos meses con el nacimiento de su hijo, Tobías Olguín Rodríguez.
«Me cambio la vida de la noche a la mañana. Es un sueño hecho realidad, ¿Qué mujer no sueña con ser mamá? Gracias a Dios todo salió muy bien», expresa Maca sobre la llegada de Tobi, a quien presentó en sociedad en esta entrevista.
«Siempre la vida tiene un tiempo para cada cosa. Disfruté mucho estar en el seleccionado, pude viajar, jugar en River y ser profesional. Tobías llegó en el momento que tenía que llegar. Con Matías siempre hablábamos de tener un hijo pero no lo estábamos buscando», comentó la ex capitana del seleccionado local.
-Decís que no lo buscabas, ¿pero deseabas ser madre?
– Por supuesto, era un sueño. Quería realizarme como mujer, pero a lo que voy es que no estaba desesperada por quedarme embarazada. No iba hacer ningún tratamiento si no podía quedarme. Sé que soy una mujer grande y me podía costar, pero nunca tuve el miedo de que no me iba a quedar embarazada, siempre supe que sería mamá.
-¿Cuánto le podes enseñar a Tobías de lo que aprendiste como deportista?
-Mucho, pero obviamente que tanto como yo como Matías (Olguín, su novio) queremos darle las herramientas para que se desarrolle como persona y que tenga la posibilidad de elegir lo que le guste.
-¿Qué valores de los que aprendiste en el deporte te gustaría que tuviera tu hijo?
-Compañerismo, aprender a pensar en las personas que tiene al lado y sobre todo la humildad. Que sea una persona de bien y comprometida con los que tenga al lado.
-Luciana Aymar dijo en una nota que le costó mucho sacarse el traje de Lucha y aprender a ser Luciana, ¿te pasó lo mismo?
-No, yo siempre me basé en la clase de persona que soy y no en lo que hago como deportista. Siempre me mantuve con la misma esencia y es lo que me llevó a conseguir lo que me propuse. Por eso en el momento que tuve que dejar el seleccionado, lo hice, estudie, me recibí y hoy hago lo que me gusta. Todo lo que hice, siempre fue con mucha pasión y cabeza, nunca perdí de vista cual era mi objetivo.