Describir las emociones es difícil para cualquiera. Mucho más en el momento en que esas emociones se encuentran atravesando el cuerpo, de arriba a abajo. En sus primeras notas a Lucha Aymar le costaba mucho sacar palabras. Con el correr del tiempo se fue nutriendo en la materia y en muchas ocasiones habló desde lo más íntimo, dejando trascender incluso sus miedos o defectos detrás de la gran deportista que fue. Ayer, otra vez, le ganaron las emociones. En varios momentos del día se quebró, pero igual dijo lo suyo. Entre otras cosas dijo que “estoy aprendiendo a vivir” después de haberse retirado de Las Leonas y de la práctica activa del hockey. Además señaló que el hecho de que hayan bautizado la cancha de Jockey con su nombre le pareció “increíble”.
“Estoy disfrutando de estas pequeñas cosas que para mí son inmensas, ahora no analizo nada más”, arrancó La Maga ante la pregunta recurrente de “qué viene ahora”. Y prefirió centrarse en cómo vivió la previa del homenaje que recibió: “Al mediodía, en casa, ya estaba un poco nerviosa porque no sabía con qué me iba a encontrar y todo lo que iba a vivir. Y pisar una cancha de hockey con tantas jugadoras con las que viajé a todos lados desde los 15 años es muy emocionante. Me encontré con mucha gente que hacía mucho que no veía y disfrutar de esta cancha, que hoy lleva mi nombre, son muchas emociones juntas, difícil de expresarse pero estoy muy agradecida. Que me reconozcan así es hermoso, increíble. Me voy feliz”.
En la jornada del homenaje hubo de todo. Pero los momentos en los que se proyectaron videos de la carrera de Lucha en una pantalla, se llevaron buena parte de la atención. La propia Maga lo vivió a pleno, aunque a veces bajaba la mirada al piso: “Sí, me cuesta mirar las imágenes porque es muy reciente y a veces me gustaría congelar los momentos porque yo soy eso y mi vida pasó por ese deporte y por la camiseta argentina. Por estar acá, por jugar, por divertirme y hoy me cuesta estar afuera. Me va a costar superarlo, el hockey fue mi modelo de vida, mi forma de vivir. Hoy tengos momentos buenos y otros no tan buenos (risas), pero los trato de vivir. Tener la contención de mi familia es importante”, se sinceró.
Lucha contó que los “bajones” llegan cuando extraña la rutina, la forma de entrenar, a sus amigas del seleccionado, a ese estilo de vida que tenía. Pero levanta la cabeza y sigue: “La vida es así, hay que elegir y plantearse nuevos objetivos”. Y cerró: “Uno sabe que el final va a llegar, pero después, cuando llega, sentís que no estás preparado, así que estoy aprendiendo a vivir. Un poco con cosas como estas, con la gente del club que me acompañó siempre”.
Fuente: Vanesa Valenti para La Capital