Los inviernos en cerro Chapelco son una tradición impostergable para Luciana Aymar (36): desde hace tres años se toma una semana para esquiar con su hermano menor, Lucas (30). «Los dos somos fanáticos del snowboard. Es nuestro momento del año para compartir y ponernos al día, porque él vive en Rosario», asegura la capitana de las Leonas. «Lucha» viene de jugar con el seleccionado nacional la Liga Mundial en Londres y necesitaba una pausa antes de retomar los entrenamientos en el Cenard con vistas a la World League que jugará a fin de año. «La montaña me da paz y tranquilidad. Además, este año la invitamos a mi mamá, que no esquía, pero fue muy lindo estar con ella», cuenta.
–¿Por qué tu novio Michel [Gurfi] no te acompañó?
–Me hubiera encantado que se sumara, pero está entrenando a full porque quiere dejar Atlas y empezar a jugar al fútbol en otro club… No podía cortar justo ahora.
–¿Piensan en casarse?
–Hablamos mucho del tema, pero hoy por hoy estamos disfrutando el momento que nos toca vivir. Me gusta que cada uno viva en su casa y por ahora no tengo planes de boda ni de empezar a formar una familia. Así estamos muy bien, yo todavía entreno y viajo mucho como para pensar en dar otro paso.
–Desde que las Leonas ganaron el último Mundial en Rosario, hace tres años, hablás sobre tu retiro. ¿Tenés en mente una fecha concreta?
–La verdad es que pienso todo el tiempo en dejar de jugar, pero me está costando mucho poner una fecha porque me siento en plenitud. Sé que estoy en el final de mi carrera, aunque sigo jugando porque la paso excelente. Creo que voy a retirarme cuando ya no tenga ganas de entrar a una cancha, puede ser en cualquier momento, pero prefiero no poner fechas.
–¿Te angustia pensar en ese día?
–Sí, porque jugar al hockey es lo que más me gusta hacer en la vida. Dediqué casi treinta años a entrenar, a tratar de ser cada día mejor, a trascender… El vacío que va a dejar no dedicarme a mi gran pasión todos los días va a ser algo difícil de afrontar.
–¿Sabés qué vas a hacer cuando llegue el momento?
–En principio, acabo de asociarme con Matías Almeyda para desarrollar una escuela de hockey en el centro deportivo que tiene en Benávidez. El lugar está buenísimo porque además de las canchas de fútbol hay un espacio pensado para alojar a equipos que necesitan un lugar para entrenar en Buenos Aires. La idea es sumar dos canchas para empezar con una escuelita para chicas, armar equipos e inscribirlos en el torneo de country. También vamos a organizar un espacio para las jugadoras que necesitan perfeccionar algo en particular.
–¿Qué otros sueños tenés?
–Me encantaría poder jugar el Mundial de Holanda el año que viene. Conseguir que mi escuela llegue a formar parte de la Liga Metropolitana también puede ser un lindo desafío.
Fuente: Revista Hola
