Las Leonas no pudieron y la herida de esta final olímpica con derrota (0-2) ante Holanda tardará mucho en cicatrizar, aunque con el tiempo se valorará este nuevo podio en Londres, conseguido por una generación única que cosecha 12 años sin bajarse de lo más alto en los distintos torneos internacionales. Esta plata fue la cuarta medalla olímpica consecutiva para este equipo.
En el partido decisivo, que además marcó el adiós de Luciana Aymar en su cumpleaños número 35, el equipo argentino no pudo con la efectividad holandesa, que anotó en el segundo tiempo a través de Dirkse van den Heuve y la capitana y emblema de la Naranja, Maartje Paunmen (de corner corto).
Al igual que en Sydney 2000, las Leonas cayeron en una final olímpica y a su rico historial, que cosecha además de los podios olímpicos dos mundiales y cinco Champions Trophy, le seguirá faltando el oro tan anhelado.
El trámite de esta final ante Holanda fue parejo, pero las europeas, tras un primer tiempo intenso, consiguieron la diferencia al comenzar el complemento con un rebote que tomó Dirkse van den Heuve, luego de una gran atajada de Florencia Mutio tras una ejecución de corner corto de Maartje Paunmen.
A partir de ese momento, las holandesas manejaron los tiempos del partido y, diez minutos después, una ejecución magistral de otro corto por parte de la capitana y abanderada holandesa, Maartje Paunmen, terminó con la bocha en el ángulo izquierdo de Mutio y los sueños doradas se desvanecieron sobre el campo de juego. Fue un golpe, pero la huella leona siempre estará.
