“Tengo una linda sensación de que las cosas van por un buen camino” fueron las primeras palabras de Silvina D’Elía luego de haber regresado al seleccionado nacional.
–¿Fueron días difíciles?
–Sí, desde que renuncié hasta hoy no la pasé bien. No fue nada fácil dejar el seleccionado, porque para mí significa mucho y porque para estar acá hice mucho esfuerzo. Lo importante que estoy convencida de que lo que hice estaba bien.
–¿Pensaste mucho la decisión de renunciar?
–Cuando me enteré de que Capurro iba a ser el nuevo entrenador, ahí dije ¡Basta! Nunca dudé de la capacidad de Santiago como técnico, pero el punto era que veía que seguíamos con la misma línea de trabajo y no tenía más ganas. Y ahí me puse a pensar en el futuro.
–¿Fue sólo eso o hubo algo más?
–No estaba cómoda, ni contenta, por ese motivo di un paso al costado. Sentía que el hockey femenino necesitaba un cambio y no quería volver a pasar lo que pasé en el último tiempo.También hubo un montón de cosas internas del equipo, que por suerte ya arreglamos.
–¿Te molestó que se blanquearan estos problemas?
–Es muy fácil decir que el problema está en otro lado y no hacer autocrítica. Obviamente que hay diferencias en el grupo. Lo que más rescato es que pudimos hablar y solucionar los problemas que había.
–¿Qué cosas cambiaron para que ustedes volvieran?
–Nuestra renuncia fue porque queríamos un cambio y cuando hablamos con Aníbal Fernández sentimos que esto podía suceder, nosotras queremos un head coach con una línea diferente a la anterior. Nadie nos va a asegurar que será mejor o peor que con Retegui, porque con el Chapa nos cansamos de ganar cosas. Pero necesitamos cambios.
–Ustedes como equipo no querían a Carlos Retegui como técnico, pero lo eligieron para el Mundial
–Es que estábamos muy cerca de la Copa del Mundo y el único que nos podía dirigir era el Chapa. Cometimos el error de pensar que el tiempo había curado las diferencias. Ademas él dirigió a los dos equipos y en algún punto nosotras salimos perjudicadas.
–¿Hablaron con Santiago Capurro?
–Sí, obviamente ambas partes necesitábamos una charla para aclarar las cosas que se dijeron. Esto nos sirvió para mirar para adelante.
–¿Qué pasa si en un mes no ven un cambio?
–Nosotras sabemos lo que pedimos y creemos en la palabra de Aníbal, pero si esto no sucede veremos qué hacemos.
–¿Volverías actuar de la misma forma?
–Volvería a manifestar mis sentimientos, no me arrepiento de lo que hice, pero sí cambiaría la forma. Lo primero que buscaría sería dialogar.
