Dejó todo para poder defender los colores de su país, pero por diferentes motivos esa ilusión de medirse con las mejores del mundo no se le dio con la camiseta argentina. A Marcela Casale el hockey le dio otra oportunidad y hoy la mendocina brilla en el seleccionado de Italia y se encuentra disputando el Mundial femenino que se disputa Londres, allí está cumpliendo su sueño de jugar con las mejores del planeta.
«Nosotros vinimos acá a jugar, es la primera vez que Italia tiene la posibilidad de disputar un torneo sin tener la presión de clasificarse a otra competencia más importante, ya sea la World League o los Juegos Olímpicos. Acá ya estamos en lo importante, vinimos a disfrutar y a jugar, como le pasa al resto de los equipos y eso lo tenemos que aprovechar, porque ahora somos ese conjunto que viene a pasarla bien y a disfrutar del torneo pero de repente con grandes actuaciones podemos convertirnos en esos equipos que pasan a ganar cosas importantes», comentó.
–¿Italia tiene que demostrarle algo a alguien o sólo disfrutar este torneo?
–Después de cuatro años el equipo viene de un proceso, con jugadoras de experiencia y otras juveniles, pero la base viene con mucha preparación encima. Ahora nos pasa que jugar un Mundial tiene muchas cosas distintas para cada una de nosotras y estamos disfrutando cada momento, de un evento que no imaginábamos vivir. Italia hace 40 años que no jugaba una Copa del Mundo y lo está haciendo con nosotras en el plantel y eso es algo único, porque no somos un equipo que siempre llega a esta clase de torneos.
–El plantel italiano tiene diez argentinas. ¿Qué le aportan al equipo?
–Cada jugadora siempre aporta algo. Que exista la doble nacionalidad es una oportunidad que nos permite estar hoy acá. Creo que el argentino tiene sangre italiana y cuando llegas a Italia hay una identificación común, más allá de las culturas diferentes, tenemos una forma de ser y un carácter muy parecidos. Yo representando a Italia me siento como en casa, me siento que represento al país de mis abuelos, al país de mi familia y al país donde nacieron mis sobrinos. Yo creo que cada persona que está acá tiene una historia que la ata a Italia, que la ata desde el afecto, con las ganas de representar a este país, de ponerte la camiseta y de defenderla como si fuera la de tu país natal.
–En el 2010 estuviste cerca de jugar el Mundial en Rosario con Las Leonas. ¿Porque ahora se te dio la oportunidad y antes no?
–Las cosas pasan en el momento que tienen que pasar. Soy muy agradecida a Carlos Retegui (fue campeón del Mundo entrenando a Las Leonas) porque me dio muchas posibilidades y me llevo a muchas giras para ganarme un lugar. Creo que en ese momento no era muy consciente de mis capacidades y de mi seguridad como jugadora. Recién a lo largo de los años me fui dando cuenta de mi potencial y eso es una realidad. Hoy me llegó esta oportunidad. Hace tiempo me siento una jugadora más completa y formada. Lo disfruto desde ese lugar, lo que siempre soñé fue jugar en el alto nivel con las mejores del mundo, y lo estoy cumpliendo. Se fue dando de esta manera, no fue fácil dejar de lado a Argentina y decidirme por Italia, porque yo me sentía capacitada y tenía potencial para poder seguir, pero lo humano y otras cosas me fueron llevando a que tomara otra decisiones, de las cuales hoy no me arrepiento para nada. Yo en Italia me siento valorada y respetada, acá me dan el lugar que siempre quise y por eso me siento feliz y orgullosa de formar parte de este equipo.
–¿Para que está Italia en este Mundial 2018?