En casa mando yo

En casa mando yo

Huevos, garra, corazón, pasión. Todo eso fue necesario para que los varones de Mendoza se consagraran campeones de selecciones mayores y vuelvan a colocar a la provincia en lo más alto del hockey nacional.

En una final para el infarto y también para la historia, el conjunto mendocino derrotó a Buenos Aires por penales 4 a 3 luego de haber igualado en uno y consiguió el segundo título en el historial de la categoría.

Parecía que todo estaba perdido pero sobre el final del partido comenzó el cambio de rumbo que terminó con el mejor desenlace posible para Mendoza.

Todo comenzó como se podía prever. Con Buenos Aires tomando el control del partido durante los dos primeros cuartos donde impidió que su rival pueda generar al menos una situación de peligro.

Asi fue como pasaron los primeros treinta minutos. El tercer cuarto comenzó de la misma manera y después de un córner corto Buenos Aires logró ponerse en ventaja con el gol de Juan Ignacio Catán.

Todo complicado hasta ese momento para los dirigidos por Gabriel Gómez que sintieron el golpe y no les quedó otra que salir a buscar el empate.

De a poco Mendoza fue ganando terreno pero sin ideas claras. Quedaban cuatro minutos y con una gran jugada personal, Mauro Coria ingresó al área, remató y marcó el 1 a 1. Pero la alegría duró unos instantes porque pidieron revisar la jugada con el viedo ref y los árbitros anularon el tanto.

El tiempo se agotaba y con Mendoza volcado al al ataque llegó un nuevo corto. De esa jugada la bocha dio en el pie de un jugador de Buenos Aires caído y otra vez a checkear la jugada. A todo esto quedaban sólo treinta segundos para que se termine el partido

Después de un par de minutos, la tecnología permitió que esa jugada sea penal para Mendoza. Toda la responsabilidad estaba en el stick de Leandro Ojeda que no tuvo ningún problema para mandar la bocha al fondo de la red y anotar el empate.

Con el ánimo por las nubes, el seleccionado local salió mejor anímicamente a los shoot out.

En esa instancia Mauro Coria en dos ocasiones, Nicolás Lara y Mauro Valencia hicieron lo suyo marcan los goles. La otra parte fue todo mérito del gran Emiliano Bosso.

El arquero de GEBA se hizo más grande de lo que es tapando tres remates, uno de ellos el último que le dio el triunfo, el título y desató toda la alegría de un plantel y de un estadio completo.

Mendoza vuelve a ser campeón. Otra vez ante su gente y de manera invicta, como lo había hecho en el 2012 y también frente a Buenos Aires consiguiendo el segundo título en el historial.

En pocas palabras, en casa manda Mendoza. A festejar.

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