Pocos deportistas tienen entre sí tantas cosas en común con algún compañero de puesto como las dos arqueras de Las Leonas, Laura Del Colle y Florencia Mutio. La primera es rosarina y la segunda es paranaense, pero rosarina por adopción si se considera que su salto cualitativo en el hockey lo dio en Atlético Del Rosario. Y en la particularidad de ese destino deportivo dejaron fluir el mano a mano con Ovación. Apenas salidas del ascensor del hotel que oficia de búnker del equipo y en la mañana posterior al segundo test match ante Nueva Zelanda, Laura y Florencia avisaron “estar un poco dormidas”. Pero cuando se encendió el grabador se despertaron y contaron un poco de todo eso que las une.
“Nos conocimos en el 2002, yo todavía vivía en Paraná pero nos veíamos en los torneos regionales, tenemos una relación de muchos años, jugamos mucho tiempo en contra pero aparte de eso tenemos una relación extra hockística, la mantuvimos siempre y nos tocó encontrarnos el año pasado en Las Leonas. Así que estamos afianzadas en ese vínculo, viéndonos todos los días y acompañándonos mucho ya que tenemos la posibillidad de conocernos desde otro lugar. Eso te da más confianza con el otro. Y acá justamente la idea es acompañarnos”, arrancó Mutio. A lo que Del Colle completó: “Compartimos
muchas tardes de meriendas, almuerzos y charlas sobre nuestras vidas.
Es muy lindo que tengamos esta relación porque nos toca compartir el puesto y sabemos que más allá de a quién le toque entrar, una tiene el apoyo de la otra. Es una competencia sana, somos amigas”.
De esos primeros tiempos de ambas en el hockey hay otro dato de color: las dos comenzaron siendo jugadoras de campo. Laura duró poco, un par de años: “Como yo jugaba muy bien al fútbol enseguida me mandaron al arco”. Y ahí se quedó. Siempre en el club de sus amores, Universitario (más allá de su experiencia en Italia). Florencia, en cambio, estuvo más indecisa y compatibilizó ser jugadora de campo y arquera: “A veces me llamaban para el arco, viste que nunca nadie quiere ir al arco y como a mí mucho no me gustaba correr, aceptaba”. Eso era en Estudiantes de Paraná, donde compartía viajes y alternaba posiciones. Hasta que llegó a Atlético del Rosario, donde también necesitaban una arquera. Y ahí se quedó en primera. Pero no se resignó en lo demás: “En reserva jugaba de nueve y fui la segunda goleadora, claro, después de Pilar Méjico, ella tenía como 50 goles y yo 13”, contó muy risueña Mutio, que llegó a los 17 años a Plaza de la mano de su amiga Pilar y encontró en el club “mi segunda casa, fueron mi familia, me vine a estudiar y acá no tenía a nadie”. Y se chicanearon. “En reserva no nos enfrentamos, si Flor me hacía un gol yo no atajaba más”, tiró Laura.
Casi la misma edad (29 años Laura, 28 Mutio), las dos del interior, similar cantidad de años jugando en primera, compañeras de puesto también en la selección del Litoral, huéspedes de la misma habitación en las concentraciones de Las Leonas, kinesiólogas. Mucho en común y de curioso entre las dos mejores arqueras que tiene hoy el hockey argentino. Sí, aunque alguno pueda proponer la discusión, Mutio y Del Colle son hoy las mejores arqueras porque son las elegidas para ocupar ese lugar en la selección más exitosa del deporte argentino.
A pesar de eso, en Las Leonas siempre hay que demostrar que se puede estar. Y en alguna forma fue lo que sintieron con mayor presión el año pasado cuando el arco quedó bajo su responsabilidad. Laura venía siendo parte del proceso junto a Belén Succi, pero la arquera del CASI de Buenos Aires era prácticamente inamovible de la titularidad. Pero cuando Belén se fue, se abrió otra puerta. Por ahí entró Mutio. No fueron sencillos los primeros momentos de Laura y Flor, que quedaron bajo la lupa por su poca experiencia internacional. Hoy apenas tienen 20 y 11 partidos internacionales cada una, respectivamente. Incluso, el fantasma que significó la ausencia de Succi en los Juegos Olímpicos, forma parte del pasado.
Consolidadas desde una trinchera fuerte desde donde darán pelea por el arco albiceleste, las dos arqueras, con cuna hockística rosarina, buscarán seguir asentándose en el ciclo de Garraffo, que acaba de comenzar. Y coincidieron en esto: “Hay que dar lo máximo y después ya nada depende de nosotras, sino del técnico. Por lo demás tenemos que ayudarnos para estar siempre de la mejor manera por si nos toca entrar”.
Fuente: Vanesa Valenti para la Capital
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