Con Luciana Aymar al frente

Luciana Aymar no sólo es la capitana de Las Leonas, sino también es la mejor jugadora de todo los tiempos. Viene siendo en el hockey como Maradona en el fútbol o Cambiasso en el polo. La máxima figura que tiene el seleccionado argentino afirmó que están acostumbradas a convivir con la presión, aunque aclaró que nunca tuvieron tanta como para este Mundial de Rosario 2010, que comenzará el domingo.

“Nunca jugamos con 15 mil personas en la cancha y menos siendo casi todos argentinos. Es seguramente una presión extra, pero es sólo una más, que se suma a nuestra autoexigencia”, expresó Lucha.

Aymar, rosarina de 33 años, galardonada seis veces como la mejor jugadora del mundo, aseguró que la presión externa no va a jugar en contra de las expectativas del equipo argentino que aspira, sin más, a ser campeón del mundo.

“Tenemos claro que va a haber mucha presión de los medios, pero también de la gente, de nuestros familiares, y las altas ilusiones del plantel. Esa presión no nos impide disfrutar de un Mundial en casa”, agregó.

Sobre ese punto, Aymar reveló que su estrategia para convivir con los condicionantes externos es, simplemente, no leer diarios durante los torneos largos.

“Los medios no existen para mí durante el Mundial. No quiero que estar pensando en un comentario de los medios afecte mi forma de jugar o de pensar”, aseveró.

Luciana liderará al seleccionado argentino en Rosario 2010, donde Argentina buscará su segundo campeonato ecuménico tras conquistar el título en Perth (Australia) 2002 y luego del tercer lugar en Madrid 2006.

La mediocampista de GEBA, que tiene más de 250 partidos internacionales jugados con la camiseta argentina, afirmó que decidirá el futuro de su carrera después del Mundial.

“No me animo a decir que va a ser mi despedida. Sé que sería algo muy lindo cerrar un ciclo en Rosario, ante mi gente. La verdad es que no lo sé, cuando termine el torneo me voy a ir de vacaciones y voy a analizar mi futuro”, anunció.

La Maga, como se conoce a la rosarina, destacó que la diferencia que existe entre el seleccionado argentino y otros equipos candidatos a ganar el Mundial (Holanda y Australia) no es de talento, es de valores.

“Somos una generación de jugadoras que fue educada por un cuerpo técnico (en referencia al conducido por Sergio Vigil, entre 1997 y 2004) que cultivó la idea de hacer grandes sacrificios para conseguir resultados”.

Lucha explicó el contraste entre los inicios de su carrera (“La gente me paraba en la calle para saber para qué era el palo que llevaba”) y la explosión del hockey que se consumó con las Leonas, en especial a partir de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.

“La realidad del hockey de hoy era impensable en aquellos días”, aseguró. Y atribuyó el mérito de ese cambio al cuerpo técnico conducido por Vigil, que propuso un cambio de mentalidad para pasar de tres entrenamientos a la semana a entrenamientos diarios y en doble turno.

“Vigil fue un verdadero educador. Lo seguimos porque cada cosa que nos decía después se cumplía”, sintetizó la mediocampista, quién se lamentó de que a pesar del desarrollo del deporte aún no se puede vivir de él, y por eso dejar las Leonas es algo que genera incertidumbre”.