Para Agustín Rodríguez, el partido ante Andino era muy especial. Ya no tenía en la tribuna a su viejo, ese que lo siguió siempre, desde sus inicios en Banco Nación y luego por Alemán.
No fue un encuentro más, Tín sabía que ante los Azules, tenía un Ángel que lo guía desde el cielo, tenía a su Ángel que siempre lo cuido.
En el segundo cuarto, el delantero Teutón, entró por izquierda, dejó a dos hombres en el camino y a la salida del arquero Juan Pablo Mácola, con un toque suave, marcó el segundo de Alemán.
Agustín Rodríguez, lo gritó con todo, fue un desahogo, la cancha se hizo un silencio y el sacaba desde adentro esa bronca que generan cuando un ser querido se va. Llegaron sus amigos, lo festejaron con el.
Tín demostró una grandeza enorme, no se le cayó una lágrima, miró al cielo con el dedo se lo dedico. Ahora será su nuevo festejo.
Perdón, ganó Alemán 4 a 2 a Andino, gracias a los goles de Mauro Coria, Agustín Rodríguez, Gero Clement y Mauro Valencia.
Pero lo importante, es que volvió a jugar Tín, volvió hacer lo que a su papá disfrutaba verlo jugar en una cancha de hockey y ahora su viejo lo guía desde el cielo, como antes lo hacía desde la tribuna.
Por: Gonzalo Santo Tomás