El 19 de abril no es un día más para toda la familia de Teqüe. Es que el pasado domingo se cumplieron 20 años desde que el hockey sobre césped se instaló en esa institución. Ya pasaron dos décadas de luchas, esfuerzos, fusiones y de también importantes logros deportivos que lograron trascender la escena local.
Desde sus inicios, de cómo se fueron formaron las distintas categorías, el traslado desde Guaymallén a Maipú, la llegada del club Vistalba, las dos inundaciones de su cancha y los títulos obtenidos, Minuto Hockey hace un repaso de los 20 años de historia de esta institución.
Los comienzos
La idea de que Teqüe tenga hockey en el club fue llevada a cabo por Gustavo Kretschmar, Sandra Pérez y quién era en ese momento el presidente del club Ricardo Iúdica a medidos de octubre del 1999 y el proyecto se llevó a cabo a mediados de marzo. El club quería hacer algo con las hijas, hermanas y primas de los chicos que jugaban rugby en el club. En esa época el club estaba en la calle Tirasso en Buena Nueva, Guaymallén.
Durante muchos años no completaba las categorías, jugaban dos partidos todos los fines de semana para poder llegar a 7 jugadoras y poder jugar.
Entrenaban en canchas de pasto, en canchas de fútbol 5 y de baldosas y alquilaban canchas en polideportivos. Tenían hasta la categoría intermedia, pero incompleta, entonces las chicas más grandes solo entrenaban y las inferiores jugaban siguiendo a un equipo de otro club de primera.
La mudanza a Maipú y la fusión con Vistalba
En junio del 2005, Teqüe se mudó a donde se encuentra hoy en General Ortega, Maipú.
A principios del 2010 el club tomó una decisión que marcó un antes y después, que fue la fusión con el club Vistalba. En marzo la Asociación le comunicaba a Vistalba que no puede presentar damas por no tener la rama completa. Entonces dirigentes de ambos clubes se juntaron y en poco tiempo se pusieron de acuerdo. Los hombres vestían la camiseta de Vistalba (amarilla y verde) y las mujeres la camiseta de Teqüe (azul y roja), rama completa.
Una fusión que no fue nada fácil. Para las chicas de Teqüe fue un gran cambio a nivel entrenamientos, exigencia, competencia y para las de Vistalba cambiar de camiseta, ponerse otros colores. Al principio fue difícil, cada grupo tenía sus raíces bien marcadas, pero de a poco y con el tiempo las cosas se fueron acomodando.
Una camiseta, dos escudos
Durante cuatro años la indumentaria que utilizaban todas las divisiones de hockey contaba con una particularidad. Las camisetas tenían bordados los escudos de Teqüe, del lado izquierdo y del otro el de Vistalba.
Tal es así que los diarios publicaban Teqüe/Vistalba en las crónicas de los partidos de aquella época.
Una vez que finalizó el vínculo, las casacas azules y las blancas muestran solo la insignia tal como la vemos hasta la actualidad.
Cancha propia y dos hechos que marcaron a la institución
A fines de 2010 el club pudo tener su primera cancha de arena. Pero cuatro años más tarde una noche de enero, una tormenta inundó las instalaciones.
En 2016 nuevamente sufrió las consecuencias del agua y la misma quedó tapada de barro e inutilizable. Las inundaciones de los canales adyacentes a la cancha dejaron al sintético convertido en un verdadero lago. La alfombra se levantó casi por completo
Las distintas divisiones estuvieron meses sin poder entrenar en el club, y otra vez salieron a alquilar cancha para disputar los distintos torneos.
Fueron muchos años de trabajo, pasaron varios entrenadores y un gran recambio de jugadoras. Hoy Teqüe tiene todas las categorías completas y lo que respecta a la primera tiene un equipo afianzado con un sistema de juego.
Con un club organizado institucionalmente y los objetivos deportivos claros, hoy en día, el club de General Ortega es uno de los equipos que más ha crecidos en los últimos años, dando pelea a nivel local y nacional.
Párrafo aparte para José González que durante varias etapas fue el conductor desde el banco de suplentes, el que fue guiando a ese grupo de jugadoras desde chicas hasta llegar a Primera y el que estuvo presente en los tres títulos que posee en su corta historia.
De aquellas nenas a las jugadoras de primera
Apenas tres jugadoras, en aquel momento niñas, son las que se mantienen defendiendo los colores del club y que arrancaron en el 2000. Ella son María Noé Fernández, Martina Kretschmar y Victoria Kretschmar (hoy en Intermedia).
A ellas se le suman un grupo que llegó de Vistalba y que hoy son referentes de la Primera y otras que, por distintas razones dejaron la actividad como Marina Cervan o Jimena Nasrala.
Gabriela Koltes, Sofía Giuffré, Agustina Bertona, Agustina Mama, Antonella Díaz y Agustina Díaz son quienes conforman gran parte del equipo titular.
Logros deportivos del Plantel Superior:
2011 la primera logró el ascenso de primera B a primera A
2012 Campeón Liga Nacional C (primera) / Campeón torneo Clausura (intermedia).
2013 Subcampeón Liga Nacional B (primera)
2014 Disputó por primera vez una semifinal de torneo local (primera)
2018 Campeón Regional de Clubes A (primera)
2019 Campeón de la Copa de Honor (primera)
Voces de protagonistas
Sofía Giuffré: “Creo que fue un cambio duro, y enorme, pero necesario. Yo venía de Vistalba, un club que también fue mi familia, tenía a mis amigas ahí, nos íbamos caminando a entrenar, charlando, riendo, hasta llegar y disfrutar de esto que tanto nos gusta. En el medio fueron pasando distintas cosas, que nos pusieron en la necesidad de salir a buscar un club. En el año 2010 apareció Teqüe, en dónde la propuesta y el arreglo al que llegaron en su momento fue el más óptimo. Nos encontramos con una familia que nos adoptó sin pedir nada a cambio. Teqüe es mi familia ahora, y estoy agradecida de pertenecer a ella. Me dio a mis mejores amigas, compañeras, recuerdos, y de a poco también campeonatos. Vamos por muchos años más.»
Agustina Bertona: “Cuando nos unimos con Vistalba yo estaba jugando en sexta. A las que vinimos de ese club nos costó un montó. Fueron tiempos duros. En un momento jugábamos con los dos escudos en la camiseta y a veces era llorar para ponerse esa camiseta, el sentido de pertenencia costaba un montón. En esa época tuvimos Maxi Díaz como entrenador que trabajó en la unión del grupo. Teníamos que jugar partidos y no le conocíamos el nombre a nuestras compañeras. Estoy agradecida al club que nos abrió las puertas Muy conmovida por el hecho de cumplir tanto tiempo. Te ponés a pensar y decís ‘Ya pasaron diez años’ en un club con 20 años de historia.»
María Noé Fernández: «Empecé a jugar a los 6 años porque mi hermano jugaba al rugby e iba toda la familia al club. Con Martina Krestchmar éramos las que llegábamos a entrenar temprano, pasábamos todo el día jugando y nos íbamos a la noche llenas de barro con nuestros padres. Así comenzó la pasión y el amor que tenemos hoy en día por nuestros colores. Me acuerdo que usábamos las medias de Teqüe o de Vistalba dependiendo la fecha, la falda de un club y la camiseta del otro. Se veía espantoso. Pero con el tiempo todo eso se fue puliendo, estoy totalmente agradecida por la unión más allá que nos aportaron los entrenadores, la estructura deportiva y la formación como deportista. Conocí a mis grandes amigas y soy parte de un equipo muy unido y donde hay mucho amor.»
Gabriela Koltes: «Fue un momento de transición que no sabíamos q iba a pasar, teníamos mucho miedo e incertidumbre, en ese momento era muy fuerte el amor por Vistalba, fue el club q nos formó como jugadoras a varias de las chicas que hoy somos la primera de Teqüe. El objetivo nuestro siempre fue mantener el grupo… quizás si nunca hubiese aparecido Teqüe cada una iba a tomar su rumbo y hoy estaríamos jugando en distintos clubes y varias quizás haber dejado de jugar. Hoy mi club es Teqüe y toda la vida voy a estar agradecida de todo lo que nos dio.»
Victoria Kretschmar: «Teqüe, si por algo se caracterizó siempre, fue por el tema familiar. Creo que la unión a Teqüe lo hizo crece. Lo mejor que le pudo haber pasado al club es, y una de las razones por las cuales el hockey hoy sigue estando, es por esa unión con Vistalba. Fue ese empujoncito para empezar a crecer. Le dio un nombre y una posición deportiva tanto con la experiencia de José González como las chicas que llegaron. Los dos clubes tenían los mismos valores y mismos sufrimientos como no tener cancha y jugadoras. Hoy somos un solo club.»
Fuente y fotos: gentileza Martina Kretschmar, Gabriela Koltes, archivo Minuto Hockey, diario Los Andes, Sitio Andino.