El Juego
Se lo puede ver desde varias perspectivas.
Podes ser vos quien esta parado ahí. Puedo ser yo quien te mira de afuera o podemos ambos estar en el mismo lugar.
Pensar en la idea de juego dispara infinitas posibilidades. Nos hace vernos agresivos sobre lo que queremos y hasta un poco obstinados en conseguirlo y, hasta ahí, solo tendríamos aspectos negativos sobre una misma función.
La base de un buen deportista claramente no habla de actuar de ese modo. La agresividad solo genera violencia y ser obstinado generalmente nos deja en el lugar de los que defienden algo sin tener la razón. Nos ciega, como casi todo lo que viene para rompernos el eje. Cuando dejamos de girar sobre esa base entendemos que hay otros aspectos un poco mas generosos que dejan de situarnos en el lugar donde solo podemos recibir palos que traban nuestra virtud.
El juego, entendido como tal, es la interacción que permite ejercitar nuestra capacidad y nuestra destreza. Así entonces nadie querría ser catalogado de violento u obstinado al momento de plantear situaciones y generar perdidas o ganancias dentro de una cancha. Por eso existen otras vías de escape mas generosas y menos irritantes que tener solo un buen puño.
Si estuviste del lado de adentro vas entender de lo que hablo. Hay habilidades que ni nosotros sabemos que tenemos hasta que alguien mas las ve y nos enseña a pulirlas. Es ahí cuando dejamos de hablar negativamente y el juego se vuelve algo extremadamente positivo porque no solo nos permite un crecimiento físico indiscutido sino que también nos aliviana mentalmente ¿Cómo? Nos otorga seguridad, compromiso y sobre todo pasión. No creo que todo esto existiera si no se hubiera creado esa palabra que le da sentido a todo lo demás.
Sin pasión no se puede vivir. Afrontar un juego sin eso es lo mismo que querer volver a ser niño solo porque dormíamos más. Lo importante no es adonde queremos volver. Lo que mas importa es el empeño que volcamos y demostramos al momento de intentar. Tenemos que hacerlo sin miedo. Como si nadie nos estuviera mirando. Ese es el trato que debe existir entre nuestra cabeza y el resto de lo que somos. Estamos llenos de virtudes. También hay errores claro esta porque de eso se compone el mundo y lo que elegimos no iba a ser una excepción.
Tener un palo, una camiseta y una bocha nos convierte en participes directos. Nos hace discutir mentalmente las miles de opciones en un solo segundo. Tener una raqueta o una pelota genera lo mismo. Sea el deporte que sea nos obliga no solo a sacar aspectos negativos sino también a encontrar lo que realmente nos salva de todo lo demás. Lo que nos conecta como equipo o de manera individual.
No todos los días tenemos las mismas ganas. Pero hay algo que si aparece a diario y es lo que nos hace seguir suponiendo que lo que soñamos no esta tan lejos. Que el cuento puede tener un final feliz.
Y lo que hace eso es el juego.
Si alguna vez queres encontrar la respuesta a lo que te hace trabajar tan duro en tus entrenamientos solo hace falta que te hagan creer que no vas a poder. Y el único camino para demostrar lo contrario es jugando.