Los Leones pudieron haberse llamado «Los Caballeros» o «Los Toros». Fueron apodos que se evaluaron en julio de 2013 en Johor Bahru, Malasia, donde se debatió un largo rato sobre el bautismo para el equipo. Finalmente, en aquella World League 3 los jugadores se convencieron de la identificación felina, que surtió efecto el martes con el enorme triunfo 1-0 ante Alemania, en la 2a fecha del Mundial. La vigilia del seleccionado masculino se hace larga, porque recién mañana dará el tercer paso del Grupo B ante Nueva Zelanda. Los días tampoco acompañan; la lluvia y el frío juegan una pulseada continua e invitan a refugiarse en el hotel. Pero entre la espera hay un sueño que se construye de a poco, el que imaginan Manuel Brunet , Juan Martín López y Lucas Vila , tres artífices del título mundial junior en Rotterdam 2005, un logro con relación directa en la actualidad.
Brunet, el rosarino todoterreno, es uno de los bromistas del plantel. Y entre las cartas de póquer y dados que se tatuó en un brazo, se puede leer una leyenda que reza: «La suerte depende de uno mismo». En el gol que les anotó a los germanos, Manu realizó el gesto de embarazo a la espera de su hijo Luca. Juan Martín López, de novio con la leona Agustina Albertario, se encarga de bajar los decibeles cuando el plantel se excede en la euforia. Y Lucas Vila es uno de los grandes talentos que dio el hockey internacional en la última década, hermano del ex capitán Matías Vila y de Rodrigo Vila, también con pergaminos en la selección.
-¿Cómo se lleva el equipo con el apelativo de Los Leones?
Lucas Vila: -Está bueno que apodarnos así se haya reforzado con resultados y buenas actuaciones. Cuando nombran a los Leones nos reconocen un poco más que antes, ojalá sigamos con este envión.
Manuel Brunet: -Era algo que veníamos charlando, por ahí sonaba raro porque nunca nos habíamos identificado con un apodo. Pero desde el momento en que se definió buscar uno, la primera aceptación fue del grupo y después encontró eco afuera.
Juan M. López: -A través de las redes sociales, la gente que no es tan cercana al hockey nos escribía por las Leonas y salió el nombre de los Leones. Finalmente, a nosotros nos gustó para meterle un cambio.
-Manuel, ¿cómo viviste tu gol ante Alemania, con un ángulo imposible?
MB: -Lo primero que se me pasó por la cabeza fue mandar el centro y buscar un pie; la última opción era tirar al arco. Vi que el arquero se movió dos veces; el palo se me enganchó con el de Martin Haner y salió el tiro. ¿La verdad? Nunca pensé que se iba a meter donde se metió. Pruebo diez veces sin arquero y pegan tres en el palo y siete afuera.
-¿Hay que bajar el shock emocional después de esta victoria o seguir acelerando?
LV: -Debemos encontrar un equilibrio en el aspecto psicológico. Si bien haber ganado nos llenó anímicamente y nos dio otra actitud para el próximo partido, tampoco logramos nada; sólo tres puntos. Es un buen impulso pero hay que saber controlarlo. Ojalá Nueva Zelanda sienta que venimos de ganarle a Alemania y usemos ese efecto a nuestro favor sin pasarnos de revoluciones.
-¿Hay algo en particular con los duelos ante Nueva Zelanda?
JML: -Sí, es especial. Nos conocemos mucho, siempre fue un rival que nos costó. Se resolverá según la efectividad en las dos áreas. Si ganamos, vamos a tener otro gran punto de quiebre en el torneo. Pero el hockey de varones está muy parejo, seguramente todos los equipos de ambos grupos seguirán sacándose puntos entre sí.
-¿Cuál sería un resultado final lógico para la Argentina en el Mundial, después de haber batido al bicampeón olímpico?
LV: -Alemania y Holanda se disputarán los dos primeros puestos de nuestra zona y el tercero es discutible. Pensamos en pelear ese tercer lugar y, si se nos llegara a dar un segundo puesto para pasar a semis, sería muchísimo mejor.
MB: -De acuerdo con la forma en que trabajamos y según la calidad de nuestros jugadores, figurar entre los seis mejores del mundo sería algo muy bueno, y unas semis, nuestro campeonato. Esa instancia, obviamente, la jugaremos para ganarla.
JML: -No estamos para campeones, es la realidad. Pero una vez que accedés a una semifinal, empieza otro torneo y se abren más puertas.
-¿Se hicieron algún juramento o alguna promesa personal?
JML: -Yo prometo que si nos metemos en una semifinal vamos caminando a Luján. Prometelo, Colo.
LV: -Lo prometo.
MB: -Bueno, yo me sumo a la caminata: voy a Luján.
JML: -Si no, vas caminando a Rosario ¿eh?
MB: -Nooo, vamos a Luján.
Fuente: Gastón Sainz para La Nación